miércoles, 1 de noviembre de 2017

Te levantaste una mañana
y compraste una pistola. 
Nadie te explicó nunca nada
sobre el bien o el mal. 
¡Eh! tienes que arder 
para poder brillar.
Te levantaste una mañana,
y lo habías perdido todo,
así que agarraste fuerte tu pistola
y te pusiste a caminar.

No queráis verme pasar*